La tercera actividad que nos encargaron en el curso era responder unas preguntas (que explicito aquí). Las leí y fue raro porque yo no tengo una presentación formal pronto que hacer, por ende no sé cuándo, concretamente, voy a requerir, en serio, las habilidades de storytelling. Bueno, eso era así hasta el miércoles, este miércoles 20 de mayo, que acaba de pasar.
Hasta ese día, este curso, para mí, era más bien un pasatiempo porque quiero mejorar mi performance en esta área (contar historias), porque me gusta, contar básicamente… Me encanta en verdad.
De hecho, tiene que ver con que siempre quise ser actriz, de cine. La idea era poder tener diversas vidas, como una doctora, una espía o una loca. Todo en la misma vida, era súper. Pero eso era como querer ser astronauta para mí. O sea, algo demasiado alejado de mi realidad.
Hasta que una vez, hace como dos años, vi una charla TED que lo cambió todo para mí (la que pongo aquí al lado). Ella, la oradora, sentí, le había pasado lo mismo que a mí y que descubrió que podía tener varias vidas sólo con la imaginación, con las historias. Fue una epifanía. Entendí por qué siempre me gustó tanto leer, el cine, el teatro (hacerlo también), ir a tomar café (o tinto) y conversar...
Y bueno, el año pasado, empecé a ser habitué de shows de cuentacuentos y tomé un par de talleres al respecto. Además, se suma a mi experiencia el de haber dado clases en la Universidad por 10 años, optativas, y con bastante convocatoria. Y ahora este curso por web. Nunca había tomado uno, no me gusta mucho la virtualidad. Pero me pareció top. Así que heme aquí... Estoy en un grupo porque sé que para contar mejor, un entrenamiento importante, es escuchar…
Saber escuchar (leer maybe también) y otro aspecto muy útil es el feed back… Pero, ¿hacer algo concreto con esto?... No sentía que estuviera dentro de mis objetivos aquí. Pero vinieron estas preguntas…
Y debajo de ellas venía un comentario que decía que por ahora sólo eran más bien un norte sobre el cual reflexionar, que en verdad se requeriría, pero después. Me tranquilicé a medias, pues, el asunto sólo se postergaba, no se solucionaba…. Decidí revisar las siguientes actividades previstas: La tarea el “Mapa de la Vida” y la “Guía para la discusión grupal”.
Revisé las instrucciones para la tarea del “Mapa de la Vida”, y me impresionaron las preguntas… sentí que, más que una tarea, era como un camino hacia la primera estación de un viaje a lo profundo de uno mismo… Desde afuera hacia adentro.
Wow!!!!! Pensé… ¿Quién iba a decir que el tomar un curso de storytelling, masivo y por Internet, sería algo así como una enorme introspección guiada, con grupo de acompañamiento y todo?...
(Me reí un poco también, porque yo hago algo así, me refiero profesionalmente. Hago algo como coaching, porque, yo soy periodista y muchas veces me piden ayuda para los sitios web.
Y el principal problema ahí siempre es que las personas no saben qué quieren comunicar. Y siempre creen que saben, pero nunca saben… Y ese no saber en general está radicado en aspectos de la vida, emocionales en general, que están “haciendo taco” para el fluir de las cosas…
Por ejemplo, cuando pregunto, pero harás tal servicio? Y la respuesta es dudosa… “lo que pasa es que eso lo hacía mi marido, y estamos algo complicados”… y así todo se va conectando… Y también pido ejercicios, escritos, con preguntas del mismo tipo.
El punto es que no me resulta hacerlo conmigo misma. En eso me siento como si fuera una súper buena peluquera, que hace maravillas con las cabezas de los otros, pero que no puede cortarse, bien y sola, atrás…Y resultó que acá, en este curso “sin querer queriendo”, apareció algo parecido un coaching virtual para mí, (estos ejercicios).
La cosa es que al ver la tarea, El Mapa de la Vida, para ser sincera me dio un poco de miedo, de vértigo y de parálisis… Si hay que hablar con el corazón en la mano, y creo que dadas las Actividades anteriores, no sólo es la idea, sino que parece imprescindible hacerlo para sacarle el máximo partido a esta instancia…
Bueno, si hay que hacerlo así, “a calzón quita’o”, como decimos en Chile (o sea desde el alma), la verdad, no sé muy bien cómo hacer ese mapa. Y sin saber cómo abordar eso, revisé esa tarea hecha de algunos otros participantes. Habían de varios tipos, una sólo tenía una foto, otros unas presentaciones, otras, la mayoría era algo así como un currículum, etc.
En fin, me di cuenta que para hacer esa tarea bien, requeriría tiempo y que además, aparentemente, ayudaría tener las respuestas redonditas a las preguntas de la Actividad 3. O sea, no sólo un bosquejo, sino algo más sólido.
Igual quedé media nerviosa… ¿Quería yo hacer ese viaje a mi interior, con plazos, compartiéndolo con otros… y por ende evidenciando mi vulnerabilidad públicamente?.... No lo sabía.
Revisé entonces la guía grupal. Me pareció extraordinariamente bien hecha. Y volví a sentir/concluir que debía reflexionar hondamente sobre las preguntas formuladas, y contestar de modo potente…
Seguí un poco sin saber qué hacer… Pero el sábado pasado tuve una larga e importante conversación con un amigo y eso, más otras cosas previas, me hicieron decidirme por tomar el compromiso, y el riesgo, de decir estas cosas, desde el corazón y en público. Con lo que eso pueda significar. Me refiero no sólo para este ejercicio, si no para todo el curso.
Y entonces me resonó la frase de la película “La joueuse” que cité en el post anterior, “El que se arriesga a veces pierde, el que no, siempre pierde”. … No sé es tan así todo el tiempo… pero en este caso, pensé ¿Qué se podía perder? Y me respondí que parece que nada y luego me pregunté, ¿Qué se podía ganar?...
Y recordé la charla de Isabel Allende en TED cuando comenta la libertad que le dio aceptar su vulnerabilidad (no sé si eso implica exposición, pero creo que sí). Y la liviandad también. Me gustó esto de ganar libertad y liviandad sólo diciendo con el corazón... .Así que decidí continuar. Y comencé por hacer la Actividad 3.
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