viernes, 15 de mayo de 2015

Cuando la primera impresión no vale....

Kate Nugent is a director,
consultant, and coach.
Fuente imagen e info, here.
Leí la hermosa y breve lectura sugerida "Cuente su propia historia antes que otros la cuenten por usted" cuya autora,  Kate Nugent, actriz, me pareció TOP TOP TOP por su cv y cuya reflexión me dejó pensando.... y terminé escribiendo esto.

Me hizo pensar en cuántas veces nos quedamos con la primera impresión de alguien (y la asumimos como cierta) y cuántas veces nos equivocamos...

Ahora, claro, es cierto que la mina esa de la comenta Kate llegó tarde, y hablando por cel más encima (última!!!) y me la imagino con unos tacos de 3 kilómetros!!!... y la sensación automática que provoca es "Yesta prepotente qué se habrá imaginado.... Es una rota!!!"... Pero la animadversión no es gratuita.

Ahora, también me hizo pensar en los silencios, ¿Cuántas veces no decimos porque consideramos que, por alguna razón, no vale la pena? ¿Cuándo amerita y cuándo no? ¿Cuándo callar es mentir? o ¿Cuándo mentir es mejor que decir la verdad?....

Todas esas reflexiones me volvieron, y uo ese verbo porque no es la primera vez que tengo disquisiciones al respecto. De hecho, aprovecho de compartir un par de cosas que creo que se relacionan

Yo vivo en el centro de Santiago, esta del lado es una vista reciente desde el balcón de mi depa, en el piso 19. Los atardeceres desde aquí suelen ser una bella pintura..

Mi depa es antiguo, amplio y tiene 3 piezas. Yo soy soltera (o solterona si prefieren), no tengo hijos y por diversas razones arriendo las otras dos piezas a extranjeros, actualmente vivo con Anna, una arquitecto berlinesa, y con Claas, un alemán también coincidentemente, estudiante de economía, en Holanda. 

En la casa en general hablamos inglés... Y muy, muy a menudo, incluso hoy, comemos juntos, sobre yodo Claas y yo que tenemos más horarios comunes, y luego vamos al balcón con un vino y un cigarrillo (ellos, yo no fumo casi y nunca compro, pero a veces les robo un poco).

El último tiempo Anna está poco al dinner time, así que la tertulia en el Balcón post comida es entre Claas y yo. Y siempre, con él, con ella, o con ambos, las conversaciones son muy...MUY interesantes. Por ejemplo, hoy. que Claas cocinó algo japonés que aprendió cuando vivió allá, con nombre (y salsa homónimo) nipona y que yo no sé citar y él no está para preguntare, bueno, hoy tras eso fuimos al balcón y le comenté la lectura que da pie a este texto. En fin. En una de esas Balcony meeting hablamos sobre La Verdad.

Él, que estudia Economía y cuyo hermano, economista también, trabaja en el Banco Europeo o algo así, me dijo que en sus estudios había aprendido, casi por dictámenes de libros por lo que comprendí, que  "La verdad siempre es la primer opción a barajar, pero no necesariamente será la finalmente la elegida.... La seleccionada dependerá de los resultados esperados. O sea, si decir la verdad atenta contra lo que buscas, entonces en general, salvo honrosas excepciones, se busca  otra alternativa".... Me dejó pensando....

Eso significa entonces que ¿Decir la verdad depende de los resultados? y ¿Qué hay de la moral?.... Y entonces recordé que el año pasado vi una excelente obra de teatro, adaptada por un dramaturgo chileno, cliente de mi papá (mi papá es ingeniero civil y coach ontológico, le hace coaching a varias constructoras, en una de ellas, uno de los socios, es, además, dramaturgo).Bref. La obra se llama Truth, por lo que entiendo estaba inspirada en la obra homónima, estrenada en 1906, de Clyde Ficth

Ahí, al menos en la versión que yo vi, se evidencia que no es tan fácil no mentir, estrictamente, sin pasar malos ratos, realmente innecesarios y que la verdad no aportan nada de nada, es más, todo lo contrario. Y que no decir la verdad en esas cosas, además, hacen la convivencia, y las interacciones sociales en general, mucho más fluidas. No es que ni la obra ni yo seamos una apología de la mentira o la omisión, sólo se plantea como una reflexión al respecto. Potente sí.

Tanto entonces, cuando vi la obra me refiero, como ahora, recordé un par de coas que escribí al respecto, como en este breve relato relato, titulado "Amor no es sólo una palabra bonita" o esta columna, ya no tan breve, titulada "Decir o Callar", entre otras.

Y resulta, que un poco antes de la conversación con Claas sobre La verdad, me vi enfrentada a algo donde dije la verdad y me fue como el carajo, de hecho eso gatilló la conversa con mi roomate... Así que asumí que él tenía razón. Un poco después de esa charla, me vi enfrentada a otra situación, y dado el resultado esperado, mentí (no era un GRAN mentira... era una pequeña). Y.... Fue terrible para mí, también.

En ese segundo caso no tuve que afrontar las consecuencias que no quería, pero me tocaron otras y no me gustaron nada tampoco. No sé por qué me viene esta cosa que no me gusta mentir pese a obtener mejores resultados que con la verdad. Supongo que es porque yo fui criada de cierta manera y no me da lo mismo desentenderme de eso, por muy poco beneficioso que resulte el después. T

También tengo cosas escritas al respecto de la necesidad de decir la verdad pase lo que pase, como "La verdad o dame tu palabra" y "El poder de la Verdad", y más, pero creo que ya he abusado mucho de su tiempo.

El punto al que quiero llegar para concluir es que solidarizo y comparto lo que dice el tipo del relato, el que comenta que es muy difícil no empatizar con alguien que te abre su corazón... Y sí, tiene sus riesgos, pero como dijeron en la maravillosa película "La Joueuse", "El que se arriesga puede perder, el que no se arriesga, pierde siempre". 

Creo que con respecto al decir "la propia verdad" esa última frase se aplica tanto.... De hecho, creo que en parte por eso he escrito esta larga entrada dando más que pequeñas luces sobre quién soy yo...

La lectura me inspiró a hacerlo... y, escuchando la  Radio Play , en el equipo de música, no en el mac, y ahora cerca de la medianoche de este viernes frío de otoño, en que ni la Anna ni Claas están, me invadió la calma y el atrevimiento para materializarlo. Gracias a quien se haya tomado el tiempo de leerme hasta aquí.

Para ti, este regalo, el trailer de la  bella bellaísima peli "La Joueuse" (inspirado en la novela "La joueuse d'échecs", o sea, "La jugadora de ajedrez", donde también hay lecciones sobre la frecuente invalidez de la primera impresión). 



Eso sería. Arrivederci.


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